COFRADÍA DEL DESCENDIMIENTO Y SANTA MARÍA DEL ALBA (CRISTO DEL CASTILLO)

La luz del Alba ilumina el descenso de Jesús de la Cruz

La Cofradía del Descendimiento y Santa María del Alba cubrió un hueco inexistente hasta aquel momento con la representación de este pasaje bíblico el Miércoles Santo. Asimismo, se persiguió traer al barrio del San Miguel el fervor de una hermandad como ésta conocida como la del Cristo del Castillo. De su desfile procesional destaca la subida y la bajada de los dos pasos por El Majuelo.

«Cuando llegó la noche, porque era la preparación, es decir, la víspera del día de reposo, José de Arimatea, miembro noble del concilio, que también esperaba el reino de Dios, vino y entró osadamente a Pilato, y pidió el cuerpo de Jesús. Pilato se sorprendió de que ya hubiese muerto; y haciendo venir al centurión, le preguntó si ya estaba muerto. E informado por el centurión, dio el cuerpo a José, el cual compró una sábana y, quitándolo, lo envolvió en la sábana, y lo puso en un sepulcro que estaba cavado en una peña, e hizo rodar una piedra a la entrada del sepulcro. Y María Magdalena y María madre de José miraban dónde lo ponían». Así recoge el evangelio de San Marcos (15, 42-47) el descendimiento de Jesús, al que descendieron de la cruz, ayudándose de una escalera que pusieron primero detrás y luego delante de la Cruz, y subiendo unos lienzos para ayudarse para bajar el cuerpo.

La Cofradía del Descendimiento y Santa María del Alba representa desde el año 1998 este momento de la Pasión de Cristo a través de un conjunto escultórico, aún inconcluso, formado por las imágenes de Jesús, Nicodemo y José de Arimatea. Para culminar este paso, faltan las tallas de San Juan Evangelista, que ayudó a Jesús a bajar de la cruz, y de Santa María Magdalena, bajo sus pies. El otro paso que cierra el conjunto es el de la Virgen con la advocación de Santa María del Alba.

La hermandad fue fundada en mayo de 1993. Un grupo de personas de distintos barrios del municipio con inquietudes religiosas decidieron eligir el barrio de San Miguel como sede de la cofradía. Se pretendía así crear un nexo de unión, inexistente hasta ese momento, entre la Semana Santa y los vecinos del Castillo, así como motivar al pueblo en general hacia el mundo cofrade.

En septiembre de 1995 la imagen del Alba fue bendecida en una misa de campaña celebrada en la iglesia de la Encarnación, que contó además con la actuación de la Camerata Coral de Juventudes Musicales y las agrupaciones musicales de Nuestra Señora de la Piedad y Santa María del Alba (ambas desaparecidas hoy en día). Un año después, el 2 de marzo de 1996 se produjo la inauguración de la capilla provisional de la cofradía, en la calle San Miguel. Fue ya en la Semana Santa de 1998 cuando tuvo lugar su primera estación de penitencia con el trono prestado de la Cofradía de la Virgen de los Dolores, que, además, fue madrina de la hermandad, junto con la del Nazareno. Al año siguiente desfiló ya con el nuevo trono que actualmente se está completando su orfebrería. En 2000 salió por primera vez el Cristo acompañado de José de Arimatea y Nicodemo.

En estos años la hermandad ha estado, según la hermana mayor de la cofradía, Concepción Ramírez Moral, luchando «mucho». Se han conseguido muchas cosas pero, sobre todo y lo más importante, dar al pueblo de Almuñécar un atractivo más en su Semana Santa, con un pasaje bíblico clave en la Pasión y Muerte de Jesús de Nazaret.

Ahora la entidad cofrade renueva su junta de gobierno con la elección también de su hermano mayor. En este caso, las urnas han dado otra vez a Ramírez Moral una renovación por cuatro años más en su cargo. «Encaro esta nueva etapa con muchas ganas de trabajar y muchos proyectos», explicó. Asimismo, destacó la juventud de los nuevos miembros de la junta que proporcionarán a la hermandad un nuevo aire.