El columbario romano de la Torre del Monje, es un panteón funerario del siglo I D.C., situado a dos kilómetros de la población, en el barrio de Torrecuevas. De planta cuadrada, dispone de unas hornacinas donde se colocaban los vasos cinerarios de los difuntos.

Está construido directamente sobre la roca, adaptándose perfectamente a la pendiente natural. Es de planta cuadrangular, de tres metros de lado al exterior y seis metros de altura en su lado este desde la base al extremo superior. La parte superior se remata con un filete de lajas de pizarra simulando una cornisa y se cierra con una falsa bóveda.

Esta obra, por su monumentalidad austera y algo tosca, pudo estar inspirada en torres funerarias, siguiendo la línea de algunas como la llamada Torre de los Escipiones en Tarragona, la de Vilablareix y Acuaviva en Génova o de mayor calidad artística como el Mausoleo de Dugga en Túnez, la Tumba de los Secundinos en Igel o el Mausoleo de los Julios en Saint-Rémy de Provence, que en general y en un sentido amplio, nos recuerdan la intencionalidad suntuaria y trazado de la Torre del Monje de Almuñécar.